Hechos sobre: Hāngi
El hangi es un método de cocción tradicional y muy valorado por el pueblo Māori de Nueva Zelanda, donde los alimentos se cocinan utilizando piedras calentadas enterradas en un horno de pozo conocido como umu. Esta técnica es especialmente popular para preparar comidas en reuniones multitudinarias y celebraciones especiales.
A continuación, se detalla cómo se prepara típicamente un hangi:
1. Excavación del Pozo: Se cava un agujero en el suelo para crear el horno.
2. Calentamiento de las Piedras: Grandes piedras se calientan en el pozo utilizando una hoguera hasta que se ponen al rojo vivo.
3. Colocación de los Alimentos: Cestas llenas de una variedad de alimentos, como carnes y vegetales, se colocan sobre las piedras calientes.
4. Cubrir y Cocinar: Todo se cubre con tierra, atrapando el calor y el vapor en el interior. La comida se deja cocinar durante varias horas antes de desenterrar el hangi y servir el delicioso banquete.
Antes de que los europeos introdujeran metales y alambre, los Māori utilizaban materiales naturales como corteza, hojas grandes y otras vegetaciones para cocinar sus alimentos. A principios del siglo XIX, las cestas de alambre y las cubiertas de tela se volvieron comunes. Hoy en día, algunas personas incluso utilizan chatarra de hierro o acero junto con las piedras para el calentamiento.
Las innovaciones modernas han llevado a la creación de máquinas de hangi de acero inoxidable calentadas por gas. Estas máquinas imitan el estilo de cocción tradicional sin la necesidad de una hoguera, piedras o un pozo, lo que hace que el proceso sea más conveniente mientras se preserva el sabor único del hangi.
Los orígenes del hangi se remontan a los primeros colonos polinesios en Nueva Zelanda, quienes empleaban grandes fosas de cocción llamadas umu-ti. Estas fosas se utilizaban para cocinar varias especies de plantas del género Cordyline, como el ti-pore. El proceso consistía en cocinar las raíces en estas grandes fosas durante uno o dos días, resultando en una pulpa dulce pero fibrosa con un regusto ligeramente amargo. Investigaciones en Otago sugieren que estas fosas umu-ti típicamente se utilizaban solo una o dos veces antes de ser abandonadas.