Hechos sobre: Capreolus pygargus
El corzo siberiano, también conocido como corzo oriental, deambula por las tierras salvajes del noreste de Asia, abarcando regiones como Siberia, Mongolia, Kazajistán, Kirguistán, el Tíbet, la península coreana y el noreste de China. Aunque en el pasado se agrupaba con el corzo europeo, ahora se reconoce como una especie distinta. Existen dos subespecies de este ciervo: *C. p. pygargus* y *C. p. tianshanicus*.
Estos ciervos son de tamaño moderado y se pueden identificar por sus largos cuernos y su coloración variable, que cambia según la población y la estación. Generalmente, viven de 8 a 12 años. Curiosamente, los machos tienen cuernos más grandes en comparación con sus parientes europeos. Históricamente, su rango era mucho más amplio, pero la caza excesiva ha reducido su hábitat.
El corzo siberiano prospera en zonas templadas, prefiriendo bosques y estepas con hierba alta y densa. Su dieta es bastante variada, consistiendo en diferentes plantas. Necesitan alimentos ricos en sodio y humedad para mantenerse hidratados. La temporada de apareamiento es en agosto y septiembre. Las hembras de corzo tienen un proceso reproductivo fascinante llamado diapausa embrionaria, que significa que retrasan el desarrollo de sus embriones. Después de un período de gestación de 280-300 días, generalmente dan a luz a dos crías.
Estos ciervos son bastante territoriales. Marcan sus áreas con glándulas odoríferas y se comunican vocalmente. Deben mantenerse alerta, ya que son presa de depredadores como el leopardo del Amur, el lince y el tigre. A pesar de los desafíos que han enfrentado a lo largo de los años, el corzo siberiano se ha adaptado bien a su entorno y continúa siendo una especie fascinante por sus características y comportamientos únicos.