Hechos sobre: Sternula nereis
El charrán hada es un pequeño y encantador ave nativo del suroeste del Pacífico, conocido particularmente por su apariencia delicada y su estado vulnerable. Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el charrán hada está categorizado como "Vulnerable", siendo la subespecie de Nueva Zelanda aún más amenazada, clasificada como "En Peligro Crítico". Existen tres subespecies de charranes hadas: el charrán hada australiano, el charrán hada de Nueva Caledonia y el charrán hada de Nueva Zelanda.
Estas aves son fácilmente reconocibles por sus cuerpos blancos, alas de un gris azulado claro y llamativas coronas y nucas negras. Durante la temporada de reproducción, lucen picos y patas de un brillante color amarillo-naranja. Los charranes hadas miden aproximadamente 25 cm (10 pulgadas) de largo. Su dieta se compone principalmente de peces, que capturan al sobrevolar el mar y sumergirse de cabeza en el agua. También se alimentan de crustáceos, moluscos y, ocasionalmente, material vegetal.
Los charranes hadas se reproducen en primavera, formando colonias en playas protegidas, ya sean en el continente o en islas cercanas. Hacen sus nidos raspando un agujero poco profundo en la arena, por encima del nivel de la marea alta, donde ponen uno o dos huevos. Ambos padres se turnan para incubar los huevos y cuidar de los polluelos, y no es raro verlos atendiendo a sus crías incluso después de que han emplumado.
Desafortunadamente, la población de charranes hadas ha disminuido rápidamente, cambiando su estado de conservación de "Preocupación Menor" a "Vulnerable". El charrán hada de Nueva Zelanda, en particular, ha estado al borde de la extinción durante décadas, con solo una pequeña población restante. Gracias a los esfuerzos de conservación del Departamento de Conservación de Nueva Zelanda, incluyendo un programa de reproducción dedicado, la población se ha estabilizado un poco. A partir de 2018, se estimaba que quedaban 43 individuos.
Estos esfuerzos son cruciales para asegurar que el charrán hada, con su delicada belleza y presencia única, continúe adornando las costas del suroeste del Pacífico.