Hechos sobre: Tachyglossus aculeatus
El equidna de hocico corto es una de las criaturas más singulares y fascinantes de la naturaleza. Es una de las cuatro especies de equidnas vivientes y la única en el género *Tachyglossus*. Este mamífero espinoso está cubierto de pelaje y espinas, con un hocico distintivo y una lengua especializada diseñada para atrapar insectos a una velocidad asombrosa. Como monotremas, los equidnas se encuentran entre los pocos mamíferos que ponen huevos; la hembra deposita solo uno por año. Llevan vidas solitarias, excepto durante la temporada de apareamiento. Los bebés de equidna, llamados "puggles" crecen rápidamente gracias a la rica leche de su madre antes de pasar de la bolsa a una madriguera.
Los equidnas se encuentran en toda Australia y en partes de Nueva Guinea. Sin embargo, enfrentan amenazas debido a actividades humanas como la caza, la destrucción de hábitats y la introducción de especies exóticas. A lo largo del tiempo, el equidna ha pasado por varios cambios de nombre, siendo su denominación científica actual *Tachyglossus aculeatus*. Comparte la familia Tachyglossidae con otros equidnas de Nueva Guinea. Los fósiles muestran que los equidnas tienen raíces antiguas que datan de millones de años.
Los equidnas poseen varias adaptaciones únicas que les ayudan a sobrevivir. Pueden excavar, tolerar altos niveles de CO2 y entrar en estados de letargo e hibernación para ahorrar energía. Físicamente, los equidnas tienen extremidades cortas, garras fuertes y una lengua especializada para atrapar presas. Su pelaje y espinas los mantienen aislados, y su estómago único y baja temperatura corporal les ayudan a prosperar en diversos entornos. Sus cerebros, órganos sensoriales y sistemas reproductivos también están finamente ajustados a su estilo de vida.
Ecológicamente, los equidnas juegan un papel crucial en el mantenimiento de ecosistemas saludables a través de sus actividades de excavación, conocidas como bioturbación. Son principalmente activos durante el día, pero pueden ajustar su comportamiento según la temperatura. A pesar de su adaptabilidad, los equidnas enfrentan amenazas de depredadores, pérdida de hábitat y enfermedades, lo que provoca extinciones localizadas en algunas áreas.
En cuanto a la reproducción, los equidnas se aparean entre mayo y septiembre. El cortejo involucra a varios machos compitiendo por la atención de una hembra. Las hembras ponen un solo huevo, que se incuba en la bolsa. Los jóvenes, o puggles, son alimentados con leche hasta que son destetados alrededor de los seis meses de edad. Los equidnas tienen una tasa reproductiva lenta, pero pueden vivir hasta 40 años en la naturaleza.
Se están llevando a cabo esfuerzos de conservación para proteger al equidna de hocico corto, dada su importancia ecológica y su significado cultural para los pueblos indígenas australianos. Los programas de reproducción en cautiverio enfrentan desafíos debido al ciclo reproductivo único del equidna. Este notable mamífero también ocupa un lugar especial en la cultura australiana, apareciendo frecuentemente en el arte y en artículos conmemorativos.