Hechos sobre: Empidonax minimus
El mosquero mínimo, una pequeña ave insectívora, reside en el este de América del Norte. Es el miembro más diminuto de la familia Empidonax en esta región. Curiosamente, el análisis de ADN mitocondrial ha revelado que el mosquero mínimo es significativamente diferente de su pariente más cercano, el mosquero de Hammond.
Identificar al mosquero mínimo puede ser complicado debido a su gran similitud con otras aves de su género. Mide entre 12 y 14 cm de longitud, tiene una envergadura de 19 a 22 cm y pesa aproximadamente 10,3 gramos. Sus plumas son de un gris oliva apagado en la espalda y blanquecinas en el vientre. También se observan dos barras blancas en sus alas y anillos blancos alrededor de sus ojos. Aunque su dieta principal consiste en insectos, también consume bayas.
Durante la temporada de cría, se encuentra en bosques caducifolios o mixtos, generalmente cerca de claros o bordes. En invierno, migra a Centroamérica. Son bastante vocales, con los machos emitiendo un agudo "che-bec" y las hembras un sonido "chweep". Atrapan a sus presas insectos tanto en vuelo como posados en la vegetación.
En cuanto a la nidificación, los mosqueros mínimos tienden a establecerse cerca unos de otros, privilegiando la proximidad sobre la calidad del hábitat. La hembra se encarga de construir el nido, utilizando una mezcla de materiales para crear un lugar acogedor para sus tres a cinco huevos. Ambos padres son muy diligentes, cuidando de los jóvenes hasta que abandonan el nido. También son bastante territoriales y defenderán vigorosamente su hogar.
La migración es un proceso escalonado para estas aves. Los machos adultos son los primeros en dirigirse al sur en el otoño, seguidos por las hembras y luego por las aves jóvenes. Pasan el invierno en Centroamérica y regresan a sus áreas de cría entre finales de abril y mediados de mayo. Los adultos esperan hasta llegar a sus áreas de invernada para mudar, mientras que los juveniles comienzan la muda antes y durante su migración otoñal.