Hechos sobre: Gazpacho
El gazpacho, frecuentemente denominado gazpacho andaluz, es una refrescante sopa fría originaria del sur de la Península Ibérica, en particular de Andalucía en España y el Algarve en Portugal. Se trata de un plato fundamental en la gastronomía española, especialmente apreciado durante los calurosos meses de verano por sus propiedades refrescantes.
La receta clásica del gazpacho andaluz es bastante sencilla. Consiste en licuar vegetales crudos como tomates, pepinos, cebollas, pimientos y ajo. A esta mezcla se le añade aceite de oliva, vinagre de vino, agua y sal, y a menudo un poco de pan duro para darle cuerpo.
Los orígenes del gazpacho se remontan a la época romana, cuando era una sopa simple elaborada con pan, aceite de oliva, agua, vinagre y ajo. Los tomates se incorporaron a la receta en el siglo XIX, dando lugar al vibrante gazpacho rojo que conocemos hoy. Con el tiempo, han surgido variaciones creativas que incluyen ingredientes como aguacates, fresas, sandía, uvas e incluso mariscos. También puede servirse adornado con huevos duros, jamón, almendras, comino, menta, gajos de naranja, pimientos verdes, cebollas, tomates o pepinos.
Diferentes regiones y familias han aportado su propio toque al gazpacho. En Portugal, hay una versión llamada arjamolho. En Andalucía, existen variaciones como porra antequerana, ajoblanco y salmorejo. El salmorejo es más espeso y se asemeja más a una emulsión que a una sopa. Curiosamente, el gazpacho manchego es un guiso caliente de carne, a pesar de lo que su nombre podría sugerir.
A lo largo de España, se encuentran aún más versiones regionales del gazpacho, como el arranque roteño, el cojondongo extremeño, el gazpacho de La Mancha y el gazpacho castellano. Estas variantes pueden incluir ingredientes como pequeños animales de caza, pan ácimo, ajo, tomates y setas, y pueden servirse como sopas frías o guisos calientes.