Hechos sobre: Charadrius melodus
El chorlitejo silbador es una pequeña ave playera que frecuenta las playas arenosas y pedregosas de América del Norte. De un tamaño similar al de un gorrión, se distingue fácilmente por sus patas de color amarillo-anaranjado, una banda negra en la frente y otra franja negra sobre el pecho. Durante la temporada de reproducción, se puede diferenciar a machos de hembras por el grosor de la banda en el pecho, que suele ser más prominente en los machos.
Observar a un chorlitejo silbador puede resultar complicado, ya que se camuflan eficazmente con su entorno playero. A menudo, corren en ráfagas cortas y se detienen de manera abrupta, lo que dificulta aún más su avistamiento.
Existen dos subespecies principales de chorlitejos silbadores: la población del este, conocida como *Charadrius melodus melodus*, y la del medio oeste, llamada *C. m. circumcinctus*. El ave recibe su nombre debido a sus silbidos melodiosos, que se asemejan al sonido de pequeñas campanillas, y puede que los oigas antes de verla. Actualmente, hay aproximadamente 6,510 chorlitejos silbadores, y sus números han ido creciendo desde 1999.
Los chorlitejos silbadores habitan en playas y llanuras arenosas a lo largo de la costa atlántica, los Grandes Lagos y el medio oeste de Canadá y Estados Unidos. Anidan en playas arenosas o pedregosas y se alimentan de insectos, gusanos marinos y pequeños crustáceos que encuentran en la orilla del agua.
Estas aves poseen un cuerpo robusto, cabeza redondeada, cuello corto y un pico rechoncho. Sus plumas de color arena les facilitan el camuflaje en su entorno. Se comunican mediante suaves silbidos y llamadas de alarma y migran entre sus zonas de reproducción en el norte y las áreas de invernada en el sur, incluyendo el Caribe.
Durante la temporada de reproducción, los chorlitejos silbadores realizan elaborados rituales de cortejo, construyen nidos e incuban sus huevos. Se están llevando a cabo esfuerzos de conservación para proteger sus hábitats de anidación de depredadores y perturbaciones humanas. El chorlitejo silbador está catalogado como en peligro o amenazado en varias regiones, y los esfuerzos se centran en preservar los sitios de anidación, limitar las actividades humanas cerca de los nidos y controlar a los depredadores.
Muchas organizaciones trabajan para proteger la población de chorlitejos silbadores. Estos esfuerzos incluyen cerrar ciertas áreas de playa, educar al público y restringir el tráfico de vehículos y peatones cerca de los sitios de anidación. A pesar de estas medidas, el chorlitejo silbador sigue en riesgo, y el trabajo continuo de conservación es crucial para su supervivencia.