Hechos sobre: Myotis lucifugus
El pequeño murciélago marrón, o Myotis lucifugus, es un diminuto quiróptero con orejas diminutas que se encuentra comúnmente en toda América del Norte. Su elegante pelaje marrón lo emparenta estrechamente con otros tipos de murciélagos de orejas pequeñas, como el murciélago de Indiana y el murciélago norteño de orejas largas, aunque no con el gran murciélago marrón, pese al nombre similar. Estos murciélagos presentan un sistema de apareamiento polígamo, con tanto machos como hembras teniendo múltiples parejas, y usualmente dan a luz a una sola cría por año.
En promedio, los pequeños murciélagos marrones viven alrededor de 6.5 años, aunque algunos han alcanzado la impresionante edad de 34 años. Son criaturas nocturnas que dependen de la ecolocalización para navegar en la oscuridad y encontrar sus presas de insectos.
Sin embargo, la vida no siempre es fácil para estos murciélagos. Enfrentan amenazas de depredadores como búhos y mapaches, así como enfermedades como la rabia y el síndrome de la nariz blanca, una devastadora enfermedad que ha disminuido significativamente sus poblaciones desde 2006. Las personas a menudo encuentran a estos murciélagos posados en edificios y, aunque pueden ser vistos como plagas, rara vez portan rabia. De hecho, muchas personas instalan casas para murciélagos para atraerlos, apreciando su papel en el control de plagas.
John Eatton Le Conte describió por primera vez al pequeño murciélago marrón en 1831. Pertenece a la familia Vespertilionidae y a la subfamilia Myotinae, con cinco subespecies reconocidas. Entre sus características fascinantes destacan sus pequeños ojos, la capacidad de ecolocalización y su habilidad para entrar en letargo o hibernación para conservar energía.
Biológica y ecológicamente, los pequeños murciélagos marrones exhiben un sistema de apareamiento promiscuo y forman colonias de maternidad. Cazan de noche, alimentándose de una variedad de insectos, particularmente mosquitos. Se posan en hábitats diversos, incluyendo cuevas, árboles y edificios, y se distribuyen ampliamente por América del Norte.
Debido al grave impacto del síndrome de la nariz blanca, los esfuerzos de conservación se han intensificado, y estos murciélagos ahora se consideran en peligro en algunas áreas. A pesar de la disminución de las poblaciones, el trabajo de conservación dedicado busca proteger a estos murciélagos y asegurar su supervivencia.
En su interacción con los humanos, los pequeños murciélagos marrones a menudo se encuentran en edificios y, en ocasiones, se les realiza pruebas de rabia. Las casas para murciélagos son una forma común de atraerlos debido a sus beneficios naturales en el control de plagas.