Hechos sobre: Sciurus carolinensis
La ardilla gris oriental, comúnmente conocida como ardilla gris, es una ardilla arborícola nativa del este de América del Norte, perteneciente al género Sciurus. Es reconocida por ser una regeneradora prolífica y esencial de los bosques naturales en su región de origen. Sin embargo, esta especie adaptable se ha extendido a varias partes del mundo, incluyendo Europa, donde a menudo se considera una especie invasora.
Con su pelaje predominantemente gris, que puede presentar algunas variaciones de color, y una gran cola tupida, la ardilla gris oriental es fácil de identificar. Esta especie es increíblemente adaptable, prosperando en diversos entornos, desde áreas urbanas hasta bosques y parques. No solo es una sobreviviente; es una acumuladora dispersa, lo que significa que esconde comida en numerosos pequeños escondites para recuperarla más tarde. Su dieta es bastante variada, incluyendo cortezas de árboles, nueces, semillas, frutas e incluso pequeños animales.
La comunicación entre las ardillas grises orientales es fascinante, involucrando una mezcla de sonidos vocales, posturas corporales y gestos. Construyen nidos, conocidos como “dreys”, en los árboles y son más activas durante las primeras horas de la mañana y al final de la tarde. Estas ardillas se reproducen dos veces al año, y las hembras típicamente tienen una camada en la primavera.
En las regiones donde se han introducido, las ardillas grises orientales a menudo desplazan a especies nativas como la ardilla roja, particularmente en el Reino Unido e Irlanda. Este desplazamiento se debe a su ventaja competitiva, mayor tamaño y superior capacidad para almacenar grasa para el invierno. Los esfuerzos para controlar su población están en curso para proteger la fauna nativa, lo que ha generado cierta controversia debido a su impacto significativo en los ecosistemas locales.
Curiosamente, las ardillas grises orientales también se han establecido en partes del oeste de América del Norte y otros lugares del mundo. Históricamente, fueron una fuente de alimento, y su carne sigue siendo popular entre los cazadores en América del Norte. Sin embargo, no se recomienda consumir cerebros de ardilla debido a los posibles riesgos de enfermedades.
El registro fósil de la ardilla gris oriental se remonta a la era del Pleistoceno, con hallazgos en Florida. Con el tiempo, la especie ha experimentado cambios en el tamaño del cuerpo. Actualmente, la ardilla gris oriental se destaca como una especie altamente adaptable y exitosa, dejando huellas ecológicas significativas en las regiones que habita.