Hechos sobre: Diamante Hope
El Diamante Hope es una de las gemas más célebres del mundo, con una historia fascinante que se remonta a casi 400 años. Todo comenzó en la India, donde el comerciante de gemas francés Jean-Baptiste Tavernier lo adquirió en 1666. Conocido entonces como el Azul de Tavernier, el diamante fue posteriormente tallado y vendido al rey Luis XIV de Francia, adquiriendo el nombre de Azul de Francia. Durante el caos de la Revolución Francesa, el diamante fue robado y eventualmente reapareció en Londres, donde fue remodelado en lo que ahora conocemos como el Diamante Hope. La gema fue nombrada en honor a la familia bancaria Hope, que lo poseía en 1839.
La socialité de Washington Evalyn Walsh McLean compró más tarde el diamante, y en 1958, el renombrado joyero Harry Winston lo donó al Museo Nacional de Historia Natural del Smithsonian.
Con un peso de 45,52 quilates, el Diamante Hope no es solo cualquier diamante azul—tiene propiedades únicas, como un resplandor rojo bajo luz ultravioleta. A lo largo de los años, su pasado lleno de leyendas ha estado salpicado de historias de maldiciones y mala suerte, probablemente inventadas para añadir a su mística. Sin embargo, para el Smithsonian, el diamante ha sido nada más que un amuleto de la suerte desde su llegada.
En tiempos recientes, expertos han utilizado tecnología avanzada e investigaciones históricas para crear réplicas del Diamante Hope y su forma anterior, el Azul de Francia. Estas réplicas, junto con reconstrucciones de la elaborada joya del Toisón de Oro, han proporcionado una comprensión más profunda de la historia del diamante y sus vínculos con la realeza europea. Estos esfuerzos destacan la intrincada artesanía y el pasado legendario de esta extraordinaria pieza de joyería.