Hechos sobre: Sopa de cebolla
La sopa de cebolla francesa es un clásico querido que combina un caldo rico y sabroso a base de cebollas caramelizadas. A menudo se sirve con una deliciosa cobertura de picatostes y queso sobre una gran rebanada de pan, lo que la convierte en un plato reconfortante y sustancioso.
La historia de esta sopa se remonta a la época romana, cuando las sopas de cebolla eran un alimento común para los pobres debido a la fácil disponibilidad y cultivo de las cebollas. Sin embargo, la versión que conocemos hoy tiene sus raíces en el París del siglo XVIII. Esta variante moderna generalmente incluye caldo de res y cebollas caramelizadas, creando una experiencia profunda y llena de sabor.
La sopa de cebolla francesa llegó a los Estados Unidos en la década de 1960, durante una época en la que el interés estadounidense por la cocina francesa estaba en aumento. Ya sea disfrutada como plato principal o como entrante, esta sopa es versátil y profundamente satisfactoria.
Las recetas pueden variar considerablemente. Algunas incluyen ingredientes como agua, leche, huevos o incluso harina para espesarla. La clave está en cocinar las cebollas lentamente hasta que estén bellamente caramelizadas, a menudo realzando el sabor con un toque de brandy o jerez. La culminación del plato es una rebanada de pan cubierta con queso, que luego se gratina o se hornea hasta que esté dorada y burbujeante.
Es posible que también escuches este plato referido por otros nombres como Soupe à l'oignon à la Parisienne, Gratinée Parisienne, Gratinée des Halles, Gratinée Lyonnaise, Soupe à l'oignon Lyonnaise o Soupe à l'oignon Gratinée. No importa cómo lo llames, la sopa de cebolla francesa sigue siendo una favorita por su sabroso y reconfortante sabor que calienta el alma.