Hechos sobre: Shortbread
El shortbread es un clásico dulce escocés elaborado con solo tres ingredientes básicos: azúcar blanca, mantequilla y harina. Gracias a su alto contenido de mantequilla, posee una textura desmenuzable y deliciosa, ya que la mantequilla inhibe la formación de gluten. A diferencia de muchos otros productos horneados, el shortbread no utiliza agentes leudantes como el polvo de hornear. Esta exquisita galleta es una favorita durante la Navidad y Hogmanay en Escocia y se disfruta en todo el mundo.
Es importante no confundir el shortbread con el shortcake. Mientras que el shortbread depende exclusivamente de la mantequilla para su sabor rico, el shortcake generalmente emplea grasa vegetal e incluye agentes leudantes. En cuanto a las formas, el shortbread puede hacerse en círculos, barras o triángulos, y a menudo se decora antes de hornear para agregar un toque distintivo.
Aunque el shortbread está fuertemente ligado a la cultura escocesa, también es popular en el Reino Unido, Dinamarca, Irlanda y Suecia. De hecho, en 2006, el shortbread fue elegido para representar al Reino Unido en la iniciativa Café Europa.
Los orígenes del shortbread se remontan al pan de galleta medieval, que gradualmente evolucionó hasta convertirse en el shortbread mantecoso que conocemos hoy. Se le suele atribuir a María, Reina de Escocia, el haber refinado la receta en el siglo XVI. Históricamente, el shortbread se consideraba un artículo de lujo, reservado para ocasiones especiales como Navidad y bodas. En las Islas Shetland, existe incluso una encantadora tradición donde un pastel de shortbread decorado se rompe sobre la cabeza de la novia cuando entra a su nuevo hogar.
La primera receta impresa de shortbread apareció en 1736, gracias a la Sra. McLintock. Desde entonces, esta deliciosa galleta ha seguido siendo un dulce querido, disfrutado por muchos en todo el mundo.