Hechos sobre: Lepus arcticus
La liebre ártica es una criatura notable, perfectamente adaptada para la vida en la gélida tundra ártica. Con sus características únicas, como orejas y extremidades más cortas, una nariz pequeña y un espeso pelaje, esta liebre está diseñada para soportar el frío extremo. Incluso tiene la habilidad de cavar madrigueras en el suelo o bajo la nieve para mantenerse caliente. Aunque pueden parecerse a los conejos, las liebres árticas son singulares, capaces de correr hasta 60 kilómetros por hora.
Estas liebres se encuentran entre las más grandes de la familia de los lagomorfos, midiendo entre 43 y 70 cm de longitud y pesando entre 2.5 y 7 kg. Se las puede encontrar en las regiones septentrionales de Groenlandia, las islas árticas canadienses, el norte de Canadá, Labrador y Terranova.
Una de sus estrategias más impresionantes para sobrevivir en la tundra es cambiar el color de su pelaje según las estaciones. Pasan de ser marrones o grises en verano a blancas en invierno, proporcionando un excelente camuflaje contra la nieve. Su dieta consiste principalmente en plantas leñosas como el sauce, pero no son muy selectivas y también consumen líquenes, musgos e incluso carne ocasionalmente.
En cuanto a la vida familiar, las liebres árticas dan a luz a crías llamadas lebratos y típicamente viven entre tres y cinco años en la naturaleza. Enfrentan peligros de depredadores como zorros árticos, lobos, linces, armiños y aves de presa como búhos nivales y halcones gerifaltes. Además, deben lidiar con parásitos como protozoos, nematodos, piojos y pulgas.