Hechos sobre: Prosciutto
El prosciutto es un apreciado jamón italiano curado en seco que habitualmente se corta en finas lonchas y se disfruta crudo, conocido como prosciutto crudo. Esto lo distingue de su versión cocida, el prosciutto cotto. Los tipos más renombrados son el Prosciutto di Parma de Emilia-Romaña y el Prosciutto di San Daniele de Friuli Venezia Giulia. A diferencia de los jamones ahumados como el Speck italiano, el prosciutto no se ahuma. El término "prosciutto" es bastante amplio y puede referirse a varios jamones curados en seco de todo el mundo.
El nombre "prosciutto" proviene de la palabra latina que significa "chupar", lo que insinúa el proceso de secado. Elaborar prosciutto implica curar la pierna trasera del cerdo durante hasta dos años. El proceso incluye fases de limpieza, salado, prensado, lavado y luego colgar el jamón en un ambiente controlado para su secado. Mientras que algunos prosciuttos pueden ser curados con nitritos para obtener color y sabor, los jamones con Denominación de Origen Protegida (DOP) utilizan exclusivamente sal marina.
En la cocina italiana, el prosciutto brilla como antipasto, a menudo envuelto alrededor de grissini (palitos de pan), acompañado de melón o higos, o servido con verduras de primavera. También se utiliza en salsas para pasta, rellenos, sándwiches e incluso como cobertura para pizza. Los jamones DOP como el Prosciutto di Parma y el Prosciutto di San Daniele tienen cada uno sabores únicos y técnicas de producción particulares.
Existen productos similares, como el Culatello y el Strolghino, que provienen de diferentes partes de la pierna trasera del cerdo y se emplean en diversos platos. En la región del Adriático oriental, el prosciutto se conoce como pršut en países como Montenegro, Bosnia y Herzegovina, Eslovenia, Serbia y Croacia. Variantes como el Kraški pršut y el Dalmatinski pršut incluso poseen el estatus de Indicación Geográfica Protegida (IGP) dentro de la UE, lo que garantiza su calidad y autenticidad regional.