Hechos sobre: Ajedrez de la isla de Lewis
Los ajedreces de Lewis, también conocidos como los ajedreces de Uig, son una colección extraordinaria de piezas de ajedrez y otros artefactos de juego del siglo XII, tallados principalmente en marfil de morsa. Fueron descubiertos en 1831 en la Isla de Lewis, en las Hébridas Exteriores de Escocia, y se encuentran entre los pocos conjuntos de ajedrez medievales casi completos que han sobrevivido hasta la actualidad. Originalmente, el tesoro contenía 93 artículos: 78 piezas de ajedrez, 14 fichas de juego y una hebilla de cinturón. En la actualidad, 82 de estas piezas se exhiben en el Museo Británico en Londres, mientras que las 11 restantes se encuentran en el Museo Nacional de Escocia en Edimburgo.
Se cree que los ajedreces fueron elaborados en Trondheim, la capital medieval de Noruega, durante el siglo XII. Aunque ha habido cierto debate sobre un posible origen islandés, la mayoría de las pruebas apoyan la teoría noruega. Se piensa que las piezas de ajedrez se perdieron o fueron escondidas mientras eran transportadas desde Noruega a los asentamientos nórdicos en Irlanda.
La colección incluye 79 piezas de ajedrez hechas de marfil de morsa y dientes de ballena, que representan reyes, reinas, obispos, caballeros, torres y peones. Estas piezas están intrincadamente talladas, y algunas aún muestran rastros de tinte rojo utilizado para distinguir los bandos opuestos. Las figuras, en particular las torres y los berserkers, poseen expresiones caprichosas que siguen fascinando a los espectadores modernos.
Malcolm "Sprot" MacLeod descubrió las piezas de ajedrez en 1831, después de lo cual fueron divididas y vendidas. Con el tiempo, las piezas cambiaron de manos varias veces antes de que algunas fueran adquiridas por el Museo Británico y otras por el Museo Nacional de Escocia. Los ajedreces de Lewis han sido presentados en numerosas exposiciones en el Reino Unido y los Estados Unidos.
Ha habido un debate continuo sobre la exhibición y propiedad de las piezas de ajedrez, con algunos abogando por su regreso a Escocia, donde fueron encontradas. Este desacuerdo entre el Museo Británico y el Museo Nacional de Escocia ha resultado en exposiciones temporales y giras por toda Escocia para permitir que más personas puedan apreciar estos artefactos históricos.
A pesar de las disputas de propiedad, los ajedreces de Lewis siguen siendo un hallazgo arqueológico fascinante. Ofrecen valiosos conocimientos sobre la artesanía medieval y las conexiones históricas entre Escocia, Noruega y otras regiones nórdicas.