Hechos sobre: Amasi
Amasi, también conocido como "mafi" en Sesotho, es un producto de leche fermentada muy apreciado en Sudáfrica y Lesoto. Su sabor es similar al del requesón o el yogur natural. Tradicionalmente, el amasi se elabora fermentando leche de vaca sin pasteurizar en un recipiente de calabaza o en un saco de cuero. Este proceso produce una sustancia líquida llamada umlaza y una masa espesa conocida como amasi. A menudo, se sirve con papilla de harina de maíz (pap) o umphokoqo, aunque también es delicioso por sí solo. Para un toque tradicional, se disfruta comúnmente en una olla de barro con cucharas de madera.
En la producción comercial, el amasi se elabora con cepas bacterianas específicas como Lactococcus lactis subespecie lactis y L. lactis subespecie cremoris. En la cultura sudafricana, especialmente entre el pueblo zulú, el amasi es más que solo un alimento: se cree que promueve la fuerza y la salud. Existen algunos tabúes culturales en torno a su consumo, como evitarlo durante la menstruación o después del contacto con la muerte.
La frase zulú "kwafa igula lamasi" refleja un sentido de desesperanza o expectativas frustradas, mostrando cuán profundamente arraigado está el amasi en el lenguaje y la cultura. Históricamente, el amasi incluso jugó un papel durante el apartheid. Nelson Mandela tuvo que huir de un escondite debido a que el olor de la leche fermentada podría haber revelado su ubicación a las autoridades. El amasi también ha encontrado su lugar en la cocina india sudafricana, donde se usa de manera similar al cuajo.