Hechos sobre: Finless porpoise
La marsopa sin aleta del Indo-Pacífico, comúnmente denominada simplemente marsopa sin aleta, es un fascinante mamífero marino que habita principalmente en los mares Amarillo y de China Oriental, alrededor de la península de Corea. También existen poblaciones de agua dulce cerca de Shanghái, en la desembocadura del río Yangtsé en China. Los estudios genéticos sugieren que esta marsopa podría ser el miembro más antiguo de la familia de las marsopas. Sin embargo, los científicos todavía están debatiendo su clasificación, con subespecies como N. p. phocaenoides y N. p. sunameri que podrían constituir especies distintas.
Estas marsopas prefieren las aguas costeras de Asia, habitando áreas cercanas a Japón, Corea, China, Indonesia, Malasia, India y Bangladés. Prosperan en aguas poco profundas cerca de la costa, especialmente en lugares con fondos marinos blandos o arenosos, estuarios y manglares. Actualmente, se reconocen dos subespecies: N. p. phocaenoides y N. p. sunameri, cada una con su propio rango y características físicas distintivas.
Lo que distingue a la marsopa sin aleta es la ausencia de una verdadera aleta dorsal. En su lugar, tiene una cresta baja cubierta de piel gruesa salpicada de pequeños tubérculos. Pueden alcanzar hasta 2.27 metros (unos 7.5 pies) de longitud y pesar hasta 72 kg (alrededor de 159 libras). Estas marsopas son alimentadoras oportunistas, consumiendo peces, crustáceos y cefalópodos, con su dieta variando según la región.
En términos de comportamiento, las marsopas sin aleta suelen observarse en pequeños grupos, a menudo centrados alrededor de parejas madre-cría o pequeños agregados. A diferencia de los delfines, no son muy enérgicas, no montan las olas de proa y tienden a evitar los barcos. Se comunican utilizando clics de alta frecuencia y tonos de baja frecuencia.
La temporada de reproducción es a finales de la primavera y principios del verano, con un período de gestación de aproximadamente diez a once meses. Las crías son destetadas entre los 6 y 15 meses. Desafortunadamente, estas marsopas enfrentan serios desafíos de conservación. A menudo se enredan en redes de enmalle, y sus hábitats están amenazados por la degradación ambiental. Se han observado disminuciones en la población a lo largo de los años, lo que subraya la necesidad de robustos esfuerzos de conservación.