Armenian wine

El vino armenio tiene una rica historia que se remonta a tiempos ancestrales. De hecho, la bodega más antigua conocida, que data del año 6100 a.C., fue descubierta en la región de Areni, en Armenia. Esto convierte a Armenia en una de las regiones vitivinícolas más antiguas del mundo. La tradición de la elaboración de vino aquí se ha preservado a lo largo de los siglos, con evidencia de producción que se remonta hasta el 401-400 a.C.

Durante la era soviética, la producción de vino armenio experimentó un aumento significativo, con un notable incremento en la producción de vino, brandy y vino espumoso. Hoy en día, Armenia alberga numerosas bodegas y viñedos repartidos por sus provincias, cada uno ofreciendo una variedad de vinos, brandis y otras bebidas alcohólicas.

Algunas de las bodegas destacadas en Armenia incluyen Voskevaz Winery, ArmAs Winery, Armenia Wine Winery y Van Ardi Winery. Regiones como Aragatsotn, Ararat, Armavir, Gegharkunik, Kotayk, Shirak, Syunik, Tavush y Vayots Dzor son particularmente reconocidas por su producción de vino.

Un aspecto singular de la elaboración de vino en Armenia es el uso de barriles tradicionales armenios de roble conocidos como "karases", que aportan sabores distintivos a los vinos. Se cree que los fértiles valles del Cáucaso Sur, donde se encuentra Armenia, son el lugar de origen de las primeras vides cultivadas del mundo y de la producción de vino en el período neolítico.

La industria del vino armenio está prosperando y ganando terreno en el mercado global. Los vinos armenios están ganando popularidad internacionalmente, con exportaciones que llegan a varios países. La rica herencia vinícola del país y las variedades de uva únicas contribuyen a los sabores y cualidades distintivas de los vinos armenios.

En los últimos años, ha habido un resurgimiento en la industria del vino de Armenia, con nuevas bodegas y destilerías emergiendo, mostrando una diversificada gama de vinos y licores. Eventos como el Festival del Vino Armenio y los continuos descubrimientos arqueológicos destacan la profunda conexión de Armenia con la elaboración de vino, consolidando su estatus como un actor significativo en el mundo del vino.