Hechos sobre: Huevo de pato en salazón
Los huevos de pato salados son una exquisitez popular en la cocina china, obtenida mediante la preservación de huevos de pato en una solución de salmuera o envolviéndolos en una mezcla de carbón húmedo y sal. Estos huevos suelen encontrarse en supermercados asiáticos, recubiertos con una gruesa capa de pasta de carbón salado.
El proceso de curación con sal les confiere a estos huevos un aroma salino característico. La clara del huevo adquiere una consistencia gelatinosa, mientras que la yema se vuelve firme, redondeada y presenta un vibrante color naranja-rojo. Generalmente, estos huevos se hierven o se cocinan al vapor antes de ser pelados y disfrutados como condimento o utilizados para añadir sabor a diversos platos. La clara del huevo es notablemente salada, y la yema es rica, cremosa y menos salada. En la cocina china, la yema es especialmente apreciada y a menudo se emplea en pasteles de luna para simbolizar la luna.
En Filipinas, se emplea un método diferente, conocido como método Pateros, para producir los huevos salados. Este consiste en mezclar arcilla, sal de mesa y agua para crear una pasta en la que se sumergen los huevos frescos. Posteriormente, los huevos se curan durante 12 a 14 días a temperatura ambiente, permitiendo que la sal penetre a través de la ósmosis. Tras el proceso de curación, los huevos se limpian, se hierven y se envuelven en redes de pescado para facilitar su manejo.
Para distinguir los huevos salados de los huevos de pato frescos, en Filipinas se tiñen los huevos salados de rojo. Aunque los huevos de gallina también pueden procesarse utilizando el método Pateros, son ligeramente más propensos a romperse durante el tratamiento. A pesar de ello, tanto los huevos de pato salados como los de gallina son apreciados por sus sabores únicos y se emplean en varios platos en distintas cocinas.