Hechos sobre: Crotalus cerastes
La serpiente de cascabel cornuda, también conocida como serpiente de cascabel de cuerna, es una fascinante víbora venenosa que habita en las regiones desérticas del suroeste de los Estados Unidos y el noroeste de México. Con una velocidad máxima de hasta 29 km/h, estas ágiles serpientes se subdividen en tres subespecies reconocidas. Los adultos típicamente varían de 43 a 76 cm de longitud, y las hembras generalmente son más grandes que los machos.
Una de las características distintivas de la serpiente de cascabel cornuda son sus escamas dorsales quilladas y las escamas supraoculares elevadas, que protegen sus ojos y mantienen la arena fuera. Estas serpientes también exhiben una habilidad única para cambiar de color llamada metacrosis, lo que les permite adaptar su tono según la temperatura.
Afortunadamente, las serpientes de cascabel cornudas no están en riesgo de extinción. Están clasificadas como de Preocupación Menor en la Lista Roja de la UICN debido a su amplia distribución y población estable. Su desplazamiento lateral les ayuda a moverse eficientemente a través de superficies arenosas, lo que las hace bien adaptadas a su entorno desértico.
Las serpientes de cascabel cornudas son nocturnas durante los meses calurosos y se vuelven más activas durante el día en los meses más frescos. Los juveniles utilizan un ingenioso método para capturar presas: mueven sus colas para atraer a víctimas desprevenidas.
En cuanto a la reproducción, las hembras pueden dar a luz hasta 18 crías vivas. Estas jóvenes serpientes permanecen con su madre por un corto período antes de independizarse. El apareamiento es un proceso prolongado, donde los machos estimulan a las hembras, y puede durar varias horas. Las serpientes de cascabel cornudas tienen una vida relativamente corta, con las hembras viviendo alrededor de cinco años.
Aunque poseen veneno, este es menos potente que el de algunas otras serpientes de cascabel. Sin embargo, una mordedura puede causar dolor significativo, hinchazón y síntomas sistémicos como náuseas y shock. El tratamiento típicamente incluye antiveneno, siendo CroFab una opción comúnmente utilizada.