Hechos sobre: Le Moulin de la Galette
En 1886, Vincent van Gogh pintó varias obras tituladas "Le Moulin de la Galette" en las que retrataba un molino cercano a su apartamento en Montmartre, París. Este molino no era una simple estructura; era un lugar bullicioso con una terraza que ofrecía vistas panorámicas y un animado salón de baile donde se llevaba a cabo entretenimiento.
El traslado de van Gogh a París en 1886 representó un punto de inflexión en su carrera. Lo expuso a diversos movimientos artísticos y a talentosos artistas, incluidos los impresionistas y simbolistas. Montmartre, con su vibrante vida nocturna y su encanto rústico, se convirtió en una fuente de inspiración para muchas de sus obras.
El molino y el salón de baile de Moulin de la Galette no solo fueron significativos para van Gogh; también atrajeron la atención de otros artistas renombrados como Toulouse-Lautrec y Renoir. Las pinturas de van Gogh sobre el molino varían desde tonalidades sombrías y oscuras hasta brillantes y alegres, reflejando sus propias emociones y el mundo que lo rodeaba. Este período marcó su transición hacia el Impresionismo, caracterizado por colores más claros y pinceladas más expresivas.
Una obra notable, "Le Moulin de la Galette (F348)" muestra la técnica de impasto de van Gogh, donde capas gruesas de pintura crean textura y profundidad. Las dinámicas pinceladas dan vida al molino y a las figuras circundantes. Van Gogh también pintó otras obras que presentan el molino Blute-Fin en Montmartre, explorando distintas composiciones y matices emocionales en cada una de ellas.
A través de estas pinturas, van Gogh no solo capturó un lugar específico, sino también un momento en el tiempo, combinando su perspectiva única con la vibrante energía de Montmartre.