Hechos sobre: Jalá
El challah es un pan apreciado en la cocina judía, tradicionalmente disfrutado durante ocasiones como el Shabat y las principales festividades judías. Este pan, a menudo trenzado, posee un profundo significado cultural y religioso. El nombre "challah" se remonta a la Biblia, refiriéndose a la porción de masa que se aparta como ofrenda antes de hornear.
En la tradición asquenazí, el challah se elabora típicamente con una mezcla de huevos, harina blanca, agua, azúcar, levadura, aceite y sal. Las versiones sefardíes pueden incluir huevos o azúcar, pero no siempre requieren la ofrenda de masa. Para añadir más sabor, el challah puede enriquecerse con pasas, azafrán u diferentes semillas. Es importante destacar que el challah suele ser parve, lo que significa que no contiene lácteos ni carne, cumpliendo con las leyes dietéticas del Kashrut.
El challah no se trata solo de sabor; está impregnado de rituales. Desempeña un papel clave en las comidas del Sabbath y las festividades, con bendiciones específicas recitadas antes de cortar o desgarrar el pan. Posteriormente, el pan se sala como símbolo del pacto eterno entre Dios e Israel, y luego se comparte entre todos los presentes.
Las ocasiones especiales requieren preparaciones únicas de challah. Por ejemplo, durante Rosh Hashaná, se suele hacer un challah circular que simboliza el ciclo del año, a menudo elaborado con pasas y miel. El shlissel challah, en forma de llave, se hornea como una costumbre para la prosperidad. Además, los rollos de challah, más pequeños y similares al challah tradicional, se sirven comúnmente durante las comidas del Shabat y las festividades.
El challah tiene homólogos en varias culturas, como el kozunak búlgaro, el cozonac rumano y el tsoureki griego. Aunque estos panes comparten similitudes al estar enriquecidos con huevo y a veces trenzados, cada uno tiene ingredientes y métodos de preparación distintivos. Por ejemplo, el brioche es un pan rico que contiene mantequilla y leche, pero no está trenzado.