Hechos sobre: Vino de Israel
El vino israelí tiene una historia fascinante que se remonta a tiempos bíblicos. Hacia finales del siglo XIX, la industria moderna del vino en Israel debe sus raíces al Barón Edmond James de Rothschild y la Bodega Carmel. Inicialmente, el enfoque estaba en producir vinos kosher, pero los años 80 marcaron una revolución en la calidad, gracias a la llegada de expertos en vinificación de todo el mundo.
Actualmente, Israel alberga más de 300 bodegas distribuidas en cinco regiones clave: Galilea, Colinas de Judea, Samson, Negev y la Llanura de Sharon. El clima mediterráneo del país y su geografía variada crean condiciones ideales para el cultivo de vides. Las variedades de uva más populares incluyen Cabernet Sauvignon, Chardonnay, Merlot y Sauvignon Blanc. Recientemente, uvas como Cabernet Franc y Syrah han ganado popularidad.
Los vinos israelíes han recibido elogios internacionales, con muchas bodegas obteniendo premios destacados y altas calificaciones de críticos reconocidos como Robert Parker y Oz Clarke. La industria ha experimentado un crecimiento impresionante, produciendo 36 millones de botellas anualmente y viendo un aumento en las bodegas boutique. El turismo del vino, o enoturismo, también está ganando terreno, con más iniciativas que promueven visitas a los viñedos de la región.
Sin embargo, la industria no está exenta de desafíos, particularmente en torno al etiquetado y las exportaciones. Los vinos producidos en territorios ocupados por Israel, como los Altos del Golán y Cisjordania, han generado debates sobre las normas de etiquetado y los acuerdos comerciales internacionales. A pesar de estos obstáculos, los vinos israelíes continúan destacándose en el escenario global, celebrados por su calidad y sabores distintivos.