Hechos sobre: Requesón
La ricotta es un exquisito queso italiano elaborado a partir del suero de leche de oveja, vaca, cabra o búfalo de agua italiano, residual del proceso de fabricación de otros quesos. Para producir ricotta, las proteínas remanentes se coagulan mediante acidificación y calentamiento del suero. Esto provoca que las proteínas formen cuajos, que luego se separan y recolectan. El resultado es un queso de color blanco, cremoso, con un sabor ligeramente dulce, y su contenido de grasa varía según el tipo de leche empleada.
La ricotta tiene una historia fascinante que se remonta a la Edad de Bronce en la península itálica, donde se utilizaban antiguos hervidores de leche de cerámica para fabricar quesos frescos coagulados por ácido. Con el tiempo, se empezó a preferir los quesos coagulados con cuajo debido a su mayor durabilidad. La ricotta evolucionó a partir de una mezcla de suero y leche, y de manera interesante, los métodos tradicionales de su elaboración se han mantenido prácticamente inalterados a lo largo del tiempo.
Existen versiones tanto frescas como maduras de la ricotta. La ricotta fresca se puede elaborar tanto de suero como de leche entera, y algunas variedades, como la Ricotta di Bufala Campana y la Ricotta Romana, están incluso protegidas por la Unión Europea. Si prefieres los quesos maduros, podrías disfrutar de la Ricotta salata, Ricotta infornata, Ricotta affumicata o Ricotta forte, cada una con su sabor y textura particulares.
La ricotta es altamente versátil y se emplea en una amplia gama de platos italianos, tanto dulces como salados. La encontrarás en postres como tartas de queso y cannoli, así como en platos salados como pasta, pizza y lasaña. No es solo un alimento esencial en Italia; quesos similares son populares en Estados Unidos, Túnez, España, Portugal, Brasil, los Balcanes, Grecia, Chipre e India.