Hechos sobre: Seal meat
La carne de foca, que comprende la carne, la grasa y los órganos de estos animales, ha sido parte de la dieta humana durante siglos. Tradicionalmente, se prepara de diversas maneras, a menudo secándola antes de ser consumida. Aunque su consumo ha disminuido en muchas partes del mundo, sigue siendo una fuente de alimento importante en países como Japón, Noruega, Islandia, las Islas Feroe, Canadá y Groenlandia. También es una parte significativa de la dieta de comunidades indígenas como los Inuit y los Chukchi.
Investigadores de la Universidad de Bergen y del Instituto Nacional de Investigación en Nutrición y Productos del Mar llevaron a cabo un estudio sobre el valor nutricional de la carne de foca, enfocándose en las focas capuchinas y las focas de Groenlandia. Descubrieron que la carne de foca es generalmente magra, con menos del 2% de grasa, y que la mayoría de esa grasa está compuesta por grasas monoinsaturadas saludables y ácidos grasos omega-3. La carne de foca también es rica en proteínas y tiene un perfil de aminoácidos bien equilibrado. El estudio señaló que el contenido nutricional puede variar dependiendo de la edad y el tamaño de la foca.
La carne y la grasa de foca son consideradas alimentos de alta calidad debido a sus ricos componentes bioactivos y nutrientes. Una pequeña porción de carne de foca puede proporcionar una cantidad significativa de la ingesta diaria recomendada de vitamina B12 y hierro para una mujer. Curiosamente, se encontró que la grasa de la foca de Groenlandia tenía niveles más altos de ácido eicosapentaenoico (EPA), un ácido graso omega-3 beneficioso, en comparación con el tejido muscular. Además, la carne de foca es rica en oligoelementos esenciales como el hierro y el zinc, que son cruciales para mantener una buena salud.