Hechos sobre: Gastronomía de los Países Bajos
La cocina holandesa es un reflejo encantador de la rica geografía e historia del país. Ubicada en el fértil delta fluvial del Mar del Norte, los Países Bajos cuentan con una dieta rica en pescado, productos lácteos y vegetales. Tradicionalmente, los platos holandeses son simples pero sustanciosos, a menudo centrados en carne y papas, y aprovechando al máximo los productos de temporada. Históricamente, las comidas holandesas eran altas en carbohidratos y grasas, satisfaciendo las necesidades energéticas de los trabajadores.
Con el tiempo, la cocina holandesa ha evolucionado significativamente, influenciada por el pasado colonial del país, especialmente las Indias Orientales Neerlandesas. Este período trajo un toque cosmopolita a la cocina holandesa. La Edad de Oro del siglo XVII, en particular, introdujo una variedad de especias, azúcar y frutas exóticas, añadiendo riqueza a los platos tradicionales. La Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales fue instrumental en traer café a Europa, diversificando aún más el paladar holandés.
Las variaciones regionales añaden otra capa de diversidad a la cocina holandesa. En el noreste, predominan los platos de carne, mientras que el oeste es conocido por sus productos lácteos y mariscos. Las regiones del sur son famosas por sus ricos pasteles y guisos. Hoy en día, la cocina holandesa es un crisol de influencias internacionales, con alimentos italianos, americanos, árabes y turcos disponibles fácilmente.
La estructura típica de las comidas holandesas incluye pan con varios aderezos para el desayuno y el almuerzo, y una cena sustanciosa con papas, carne y vegetales. Algunos platos tradicionales queridos son stamppot (un plato de puré de papas), erwtensoep (sopa de guisantes) y oliebollen (buñuelos). Las ocasiones especiales como Sinterklaas y Navidad vienen con sus propios deleites culinarios, como speculaas (galletas especiadas) y kerststol (un pan relleno de frutas).
Los postres en los Países Bajos suelen ser a base de lácteos, incluyendo delicias como vla (natilla) y griesmeelpudding (pudín de sémola), así como pasteles como vlaai (tarta de frutas) y banket (pastel de almendra). Los holandeses tienen un gusto por lo dulce, disfrutando de caramelos como regaliz, stroopwafels (waffles de jarabe) y drop (un tipo de regaliz). Las bebidas alcohólicas populares incluyen cerveza, jenever (un licor con sabor a enebro) y Beerenburg (un amargo herbal).
La comida rápida también es un elemento básico en la cocina holandesa, con bocadillos como frikandel (un tipo de salchicha), kroket (una croqueta de ragú de carne) y bitterballen (albóndigas fritas), a menudo servidos con papas fritas y varias salsas. El arenque crudo y otros bocadillos de pescado son comunes en la comida callejera. La cocina holandesa también cuenta con una variedad de pasteles, tortas y galletas, perfectos tanto para ocasiones especiales como para indulgencias cotidianas.