Hechos sobre: Gastronomía de la República Checa
La cocina checa es una exquisita amalgama de sabores influenciada por sus países vecinos. Tradicionalmente, la dieta checa es rica en platos a base de carne, con un énfasis histórico en consumir carne al menos una vez a la semana. Una comida típica checa consta de varios platos, comenzando con una sopa, seguida del plato principal y culminando con un postre. Las sopas espesas, las salsas sabrosas, las carnes al horno y los dulces son elementos fundamentales, a menudo disfrutados con un vaso de cerveza Pilsner—¡los checos son los mayores consumidores de cerveza del mundo!
Las influencias culinarias francesas son evidentes en la tradición checa de las comidas de varios platos. Los acompañamientos comunes incluyen albóndigas, fideos y papas. Los panes y pasteles, como el pan de masa madre, los rollos y los bollos, son parte esencial de la dieta diaria. Las sopas ocupan un lugar destacado en la cocina checa, con favoritas como la sopa de ajo, la sopa de repollo y la sopa de gulash.
En cuanto a la carne, la cocina checa a menudo presenta cerdo, res, ternera y pollo. Los platos clásicos incluyen guláš (un estofado contundente), cerdo asado con albóndigas, solomillo de res en salsa y pavo asado. Los platos de aves, como el pato asado y el pollo en salsa de pimentón, también son populares. El pescado, especialmente la carpa, es un plato tradicional servido en Navidad.
La cocina checa no se basa solo en la carne; también incorpora deliciosas recetas a base de hongos, tortillas, panqueques y guisos de verduras. Los productos lácteos como el queso y la crema agria se utilizan con frecuencia. Para aperitivos, los panqueques de papa fritos, las salchichas encurtidas y el queso frito son los favoritos del público.
Los dulces checos son un deleite para el paladar, con pasteles rellenos de frutas, tartas, empanadas y albóndigas. Los postres tradicionales incluyen koláče (pasteles rellenos de frutas), albóndigas de frutas y pastel de esponja checo. En ocasiones especiales se preparan buchty (bollos dulces), pudín y pastel de cordero de Pascua.
En cuanto a las bebidas, la República Checa ofrece una variedad de opciones. La cerveza es una favorita indiscutible, pero el vino de la región de Moravia, el licor Becherovka y los brandis tradicionales de frutas también son apreciados. Para opciones no alcohólicas, Kofola, una bebida similar a la Coca-Cola, es bastante popular.