Hechos sobre: Danish wine
El vino danés es un tesoro oculto del que quizás no hayas oído hablar. Dinamarca ha estado desarrollando su industria vinícola desde finales del siglo XX, gracias en parte al cambio climático y a una ley de 1999 que permitió la producción de vino. Pequeños viñedos han surgido en regiones como Jutlandia, Lolland, Funen y el norte de Zelanda, donde cultivan variedades de uva como Cabernet Cortis y Cabernet Cantor.
Para 2006, los viñedos daneses ya producían alrededor de 40,000 botellas de vino. Un año después, causaron sensación en el escenario internacional cuando un vino espumoso de Skæresøgård Vin ganó una medalla de plata en una prestigiosa competencia de vinos.
Sin embargo, la historia del vino en Dinamarca no se limita a las uvas. El país también es conocido por sus vinos de frutas, especialmente los vinos de cereza (conocidos como kirsebærvin en danés) y los vinos de manzana (æblevin). El clima danés es ideal para el cultivo de frutas, y el país alberga algunas variedades únicas. Un ejemplo destacado es el Cherry Heering, un conocido licor de cereza que ha sido una exportación popular durante años. Más recientemente, desde 2006, la Mansión Frederiksdal en Lolland ha estado ganando reconocimiento con sus vinos de cereza fermentada, que han recibido críticas muy favorables.