Hechos sobre: Vino de Jordania
La historia del vino en Jordania es una cautivadora intersección de antiguas tradiciones y moderna innovación. Las raíces de la viticultura en esta región se remontan a la época nabatea, como lo demuestran los hallazgos arqueológicos en Petra que revelan antiguos lagares. En 1975, la industria moderna del vino jordano resurgió gracias a la empresa destiladora Haddad. Hoy en día, dos principales actores dominan la escena: la Bodega Zumot y la Bodega Haddad, conocidas por sus vinos Saint George y Jordan River, respectivamente. Estas bodegas se encuentran en Mafraq, en el norte de Jordania, una zona célebre por sus condiciones ideales para los viñedos.
En lo que respecta a las uvas, los vinicultores jordanos utilizan principalmente variedades importadas, ya que las uvas tradicionales locales se han perdido con el tiempo. Para los vinos tintos, optan por uvas populares como Cabernet Sauvignon, Merlot, Shiraz y Pinot Noir. Los vinos blancos presentan variedades como Chardonnay, Moscatel, Pinot Gris, Gewürztraminer y Chenin Blanc. En 2013, incluso comenzaron a cultivar uvas Carmenère de Chile y Tokai de Italia, añadiendo más diversidad a sus ofertas.
La calidad de los vinos jordanos no ha pasado desapercibida. En 2018, los vinos Jordan River ganaron 96 premios, mientras que los vinos Saint George obtuvieron 23 galardones. El país produce casi un millón de litros de vino anualmente, con la mayoría siendo disfrutada localmente. Lo que distingue al vino jordano es su terroir único: alta elevación, fuentes de agua subterránea y suelo rico en basalto, todos estos factores contribuyen a los sabores distintivos y la alta calidad de los vinos producidos en esta región.