Hechos sobre: Tarpon
Los sábalos son peces fascinantes y de gran tamaño que pertenecen al género Megalops. Existen dos especies de sábalos: el sábalo atlántico (Megalops atlanticus) y el sábalo indopacífico (Megalops cyprinoides). Estos son los únicos miembros de la familia Megalopidae. El sábalo atlántico se encuentra comúnmente en el Atlántico Occidental, el Caribe y el Golfo de México. Por otro lado, el sábalo indopacífico habita las aguas a lo largo de la costa oriental de África, el sudeste asiático, Japón, Australia y varias otras regiones.
Una de las cualidades más impresionantes de los sábalos es su capacidad para prosperar en diversos tipos de agua: salada, dulce y salobre. Esta adaptabilidad se debe a sus vejigas natatorias, que utilizan para respirar. Incluso pueden tragar aire en la superficie para obtener un impulso extra de oxígeno cuando lo necesitan.
En cuanto a su apariencia, los sábalos son bastante llamativos. Pueden llegar a medir entre 1,2 y 2,4 metros de largo y pesar entre 27 y 127 kilogramos. Sus cuerpos están cubiertos de escamas brillantes y plateadas, con dorsos azulados o verdosos. Tienen ojos grandes y bocas anchas. Los sábalos se reproducen en áreas cálidas y alejadas de la costa, donde las hembras pueden poner millones de huevos. Su ciclo de vida es único, con diferentes etapas de desarrollo que ocurren en diversos hábitats.
En relación a su dieta, los sábalos comienzan alimentándose de zooplancton e insectos, pero se vuelven estrictamente carnívoros cuando son adultos, alimentándose de peces y otras presas. A pesar de su tamaño, los sábalos no están en la cima de la cadena alimentaria; deben cuidarse de depredadores como otros peces, aves, tiburones, cocodrilos y caimanes.
Una de las razones por las que los sábalos son tan populares, especialmente entre los pescadores, es su increíble tamaño, capacidad de lucha y habilidades impresionantes para saltar. Muchos torneos de pesca están dedicados a capturar estos poderosos peces. Tienen una amplia distribución, incluso migrando a través del Canal de Panamá y habitando aguas costeras en el Atlántico y más allá.
Los sábalos prefieren aguas más cálidas, idealmente entre 22 a 28 grados Celsius. Si la temperatura cae por debajo de los 15 grados, se vuelven inactivos, y temperaturas por debajo de los 4 grados pueden ser letales para ellos.