Hechos sobre: Malai
Malai es una delicia rica y cremosa originaria del subcontinente indio y es un elemento fundamental en la cocina india, especialmente en la preparación de dulces. Elaborar malai es relativamente sencillo, aunque requiere algo de paciencia. El proceso comienza calentando leche entera no homogeneizada a unos 80°C (aproximadamente 176°F) durante aproximadamente una hora. Una vez calentada, se deja enfriar, formando una capa gruesa y amarillenta de crema en la superficie. Esta capa es una mezcla de grasa y proteínas coaguladas, que luego se desnatada. Normalmente, este proceso se repite para eliminar la mayor parte de la grasa, resultando en un malai que contiene alrededor del 55% de grasa butírica.
La leche de búfala es a menudo la opción preferida para hacer malai debido a su mayor contenido de grasa, que varía del 5 al 12%. Sin embargo, la leche de vaca, que tiene un contenido de grasa del 3 al 5%, también se puede usar de manera efectiva. La clave es hervir y enfriar la leche, permitiendo que se forme esa deliciosa capa de malai.
El malai es increíblemente versátil y se utiliza en una variedad de platos. Por ejemplo, es un ingrediente estrella en malai kofta, donde albóndigas cremosas hechas de papas y paneer se enriquecen con el malai. Otro plato popular es malai pedha, un dulce, así como ras malai y malai kulfi, que son postres muy apreciados.
En platos salados, el malai añade un toque lujoso. Por ejemplo, en methi matar malai, los guisantes verdes y las hojas de fenogreco se cocinan en una rica y cremosa salsa hecha de malai. Ya sea en platos dulces o salados, el malai aporta una textura cremosa y lujosa que eleva cualquier plato al que se añada.