Hechos sobre: Patas de pollo
Las patas de pollo, aunque no sean lo primero que venga a la mente al pensar en una exquisitez culinaria, son apreciadas en muchos países del mundo. Estos pequeños bocados consisten principalmente en piel y tendones, lo que les confiere una textura única y gelatinosa.
En China, las patas de pollo se conocen como "Fèng zhuǎ" o "garras de fénix". Son un elemento básico en varios platos regionales y a menudo se preparan fritas, al vapor o guisadas en salsas sabrosas. Son un aperitivo popular, marinado con una mezcla de especias.
En Europa del Este, países como Rusia, Ucrania, Rumanía y Moldavia utilizan las patas de pollo en platos como kholodets o piftie. En Indonesia, las patas de pollo, conocidas como "ceker" se sirven frecuentemente en sopas picantes y como comida callejera. Incluso se cree que aportan beneficios nutricionales para los bebés.
En Jamaica, las patas de pollo son comunes en sopas y guisos, añadiendo una textura y sabor únicos. La cocina coreana las prefiere a la parrilla o salteadas con salsa de chile. Si disfrutas de la cocina kosher, es probable que hayas probado las patas de pollo en la sopa de pollo.
Malasia presenta una variedad de formas de cocinar patas de pollo, influenciadas por las tradiciones culinarias malaya, china y siamesa. En México, se utilizan en guisos y sopas, frecuentemente condimentadas con salsa de mole.
En Filipinas, una variante popular es marinar y asar a la parrilla las patas de pollo para hacer un plato conocido como "adidas." También se emplean en adobo. En los barrios de Sudáfrica, hay un aperitivo llamado "walkie talkies" o "chicken dust" que son simplemente patas de pollo.
La cocina tailandesa incorpora patas de pollo en platos como el curry verde, mientras que en Trinidad, se hierven y se sirven como "chicken foot souse."
La diversidad en la preparación de las patas de pollo en todo el mundo demuestra cuán versátil y apreciado es este ingrediente único.